Relaciones humanas y las Leyes naturales

La Ley natural. ¿Qué es una ley? Una ley es una norma, fórmula o mecanismo que regula cómo funcionan, nacen, o se desarrollan seres vivos y elementos del universo, ya sean estos últimos anteriores al inicio de nuestra especie (naturales) o creados por nosotros (artificiales). Algunos seres son mezcla de ser natural y elemento artificial, o al menos lo es su génesis/creación. Las Leyes naturales fijan los procesos referidos a los elementos naturales y seres vivos, y nosotros –los human@s- tratamos de descubrirlas razonando. ¿Por qué no las inventamos? Precisamente porque son naturales, es decir, esas leyes ya regían sobre elementos y otros seres distintos a nuestra especie antes de que nosotros surgiéramos. Simplemente, no es posible inventar o crear algo que ya existía o algo que conceptualmente existía; en este caso porque los efectos naturales –o sobre cosas naturales- coincidieron con los que debe producir la Ley. Así que la Ley ya debió de existir antes de que yo la descubriese, yo tan solo he deducido su existencia a través de sus efectos producidos a posteriori.

Piensen conmigo en un ejemplo notable de Ley natural: la de la gravedad. ¿Es posible pensar que nuestro planeta Tierra fuera esencialmente igual o similar al actual si la ley de la gravedad no hubiese existido antes de que Newton se percatara de dicha ley y la publicase? En este caso, la Tierra habría permanecido inmóvil durante tiempo indefinido, ya que ningún cuerpo celeste la habría atraído hacia sí. Ni siquiera Newton habría visto caer la manzana. A esto último me refiero si digo que nosotros inferimos las Leyes naturales a través de sus efectos a posteriori. Es por esta conclusión absurda al pensar una premisa contraria, que l@s seres human@s descubrimos las Leyes naturales y no podemos inventarlas. Espero que ustedes hayan comprendido, e incluso aprehendido lo que significa el concepto de Ley natural. A partir de este concepto, defenderé diversos razonamientos y expondré varias opiniones propias o ajenas sobre si las relaciones de personas de orientación homosexual y bisexual se corresponden o no con las leyes naturales de la especie y la evolución.

Les pido una condición: que asumamos una concepción deísta del origen del Universo –esto implica que el dios creador no interviene en el mundo después de crearlo- para razonar sobre la cuestión planteada, desde el punto de vista comúnmente llamado religioso o espiritual. Si Dios creó el Universo y también, por extensión, la Tierra; si Dios quiso que lo creado fuese natural, es decir, original y basado en Leyes naturales –que existen como concepto o idea y explican la naturaleza de manera general-, ¿debemos creer que los homosexuales y bisexuales no se rigen por estas leyes? A mí me parece difícil responder a esta pregunta. Por una parte, la Ley natural de la supervivencia de la especie determina que un ser nuevo de una especie concreta nace si otros dos seres de la misma especie y distinto sexo hacen el acto sexual y si el espermatozoide (al menos uno) llega al óvulo y lo fecunda. Por otra parte, Dios creó al hombre y a la mujer y decidió que pudiesen pensar, razonar y actuar libremente, según la voluntad de cada ser, bien sea hombre o mujer.

Aunque podemos creer que las orientaciones no heterosexuales se oponen a la Ley de la supervivencia de la especie, siempre en el caso de los homosexuales, y sólo en algunos casos de bisexuales (porque exceptuamos la pareja hombre-mujer); en principio, Dios debió de querer que nuestra especie sea natural. Y ello porque ahora funcionamos y nos desarrollamos como disponen las Leyes naturales, que son comunes para la gran mayoría de los otros seres y elementos anteriores a la humanidad. Pero, si somos naturales, como supongo que Dios quiso cuando nos creó, entonces ¿por qué quebrantamos algunas leyes naturales? La mejor manera de responder a esta pregunta es, según yo creo, haciendo otra: “¿Hemos llegado a la conclusión correcta sobre nuestra propia esencia?” Esto es, sobre si somos naturales o no. Tal como razoné acerca de las leyes naturales y su descubrimiento, una conclusión es errónea si demostramos que hemos hallado un absurdo a partir de una premisa incorrecta o contraria a la premisa inicial. En palabras más simples, es posible saber si una conclusión es errónea si dicha conclusión no se corresponde con nuestros supuestos o con un hecho empírico probado, del cual se parte como fenómeno percibido por los sentidos. Fallar en la conclusión se debe generalmente a premisas equivocadas, que pueden ser reducidas al absurdo. Por tanto, queremos concluir que no somos naturales. Así que las premisas deben ser que Dios no quiso que fuésemos naturales ni siguiéramos los procesos de leyes naturales. Parece que la conclusión es absurda y es difícil entender que Dios quiera algo así, al menos desde mi punto de vista. Es hora de aplicar una lógica más sólida.

Creo que ustedes comprenderán mejor lo expuesto sobre nuestra esencia si pensamos que el nacimiento del Homo Sapiens es un punto de inflexión en la Historia de la Tierra. Hasta nosotros, existieron cosas y seres naturales; a partir de nuestro origen, nosotros creamos artificios o artefactos, que coexisten con lo natural. ¿Por qué es posible que nosotros creamos elementos artificiales o incluso seres que no deben considerarse únicamente naturales, sino híbridos, según el proceso por el cual los hemos generado o por el cual han evolucionado? Yo diría que es posible porque ya contenemos la esencia de esos elementos artificiales y esos seres y elementos híbridos. De ser así, deberíamos concluir que el ser humano es híbrido. Lo más importante es que esta afirmación es coherente con el hecho de que el ser humano, nosotr@s, no cumplamos todas las leyes naturales; en este caso la de la supervivencia/reproducción de la especie. ¿Por qué somos híbridos en vez de seres naturales, tal como lo fueron las anteriores especies? Si seguimos los argumentos anteriores y la premisa de que Dios nos creó para que seamos libres, Dios debió de introducir las esencias natural y artificial, cuando nos creó, en nuestra forma de desarrollarnos e interactuar con el medio. Por tanto, nuestro proyecto de vida y demás procesos no tienen por qué corresponderse con leyes naturales ni tampoco con leyes artificiales –Derecho-, aunque sin duda pueden hacerlo en tanto que somos una mezcla de natural y artificial. Por ejemplo, hemos inventado medios híbridos de reproducirnos, en los cuales el proceso se logra con elementos naturales y artificiales. Estos medios de reproducción no cumplen estrictamente la Ley natural de la supervivencia de la especie. Si bien unimos los gametos de los dos sexos, la forma híbrida de reproducirse no requiere que una mujer y un hombre se unan físicamente y hagan el coito. Entre los diversos medios de reproducción híbrida, destaca la inseminación artificial, es decir, introducir el semen del hombre en la vagina de la mujer mediante artefactos. Así pues, aunque las orientaciones homosexuales y bisexuales pueden contrariar la ley natural de la reproducción y supervivencia de la especie, nuestra especie es capaz de compensar la falta de actos sexuales, ajustados a la ley natural, con reproducciones híbridas. Finalmente, concluyo que Dios nos creó híbridos para que pudiéramos crear elementos artificiales y seres híbridos (l@s bebés humanos generados por reproducción híbrida son seres híbridos, por lo que su esencia es la misma que la de sus padres. Los hijos nacidos por acto sexual natural también son híbridos porque sus padres ya contenían las dos esencias). Esta doble esencia se manifiesta en nuestro desarrollo del pensar, sobre todo en lo que concierne a lo artificial. Aunque no todo lo que pensamos es artificial, ya que algunos elementos pensados existieron desde antes que naciera nuestra especie, por ejemplo las Leyes naturales.

Por tanto, partiendo del doble núcleo de esencia natural-artificial, suponiendo que Dios nos creó para que pudiéramos elegir y que nos permitió ampliar nuestro razonar y pensar para que seamos realmente libres, y que no nos regimos obligatoriamente por Leyes naturales; el hecho de que los seres humanos  homo y bisexuales quebranten la Ley de la supervivencia\reproducción de la especie es insignificante. La hibridación nos ha permitido evolucionar de formas insospechadas, múltiples y variadas, y nuestra sociedad global ha desarrollado relaciones complejas entre las personas y entre países a lo largo de los siglos de la Historia de la Tierra.

Jesús Ignacio (diciembre de 2013)

 

«Y he aquí que (Jesucristo) vino a juzgar a vivos y muertos (Credo)».

«Puede que la luz y la oscuridad sean eternas. ¿Pero sabes qué, Xemnas? Eso no significa que tú seas eterno.» (Sora, Kingdom Hearts 2).